Y PESE A TODO, COMENZÓ EL FÚTBOL

Comunicación y Territorio

Y PESE A TODO, COMENZÓ EL FÚTBOL

Nº5, 2020, Primera Quincena de Septiembre

  • La contienda presidencial irrumpe como un invitado de piedra en una dinámica electoral, hasta ahora, enfocada en las distintas posiciones para el plebiscito para una nueva Constitución. Las encuestas comienzan a incorporar el tema en un escenario más especulativo que real, con la complicidad de los medios por avivar esa disputa, a más de un año de las elecciones.
  • La oposición anunció que acusará Constitucionalmente al Ministro del Interior, Víctor Pérez. Según el diputado Gabriel Silver, “a espaldas de todos los chilenos se está acordando una suerte de pago de parte del Estado al reemplazo de los camiones atacados”. la Acusación se justificaría por el trato privilegiado al gremio, cuyo petitorio aceptado por el Gobierno trasciende los temas de seguridad.
  • Asoman las primeras proyecciones positivas para el futuro de la economía chilena.

 EL ESCENARIO

Y mientras la pelotita comenzó a rodar en diversos estadios del país, sin público, sin problemas y con una nueva directiva de la ANFP, los partidos políticos y diversos dirigentes y sectores ciudadanos se esfuerzan por concentrar la atención en el próximo plebiscito del 25 de octubre, aún cuando la dinámica por las candidaturas presidenciales parece haber llegado para quedarse.

Según muestran los resultados de la última Encuesta Criteria Research, la aparición en escena de Evelyn Matthei –que desplazó a José Antonio Kast (7%) y a Beatriz Sanchez (5%) apenas declaró su intención de competir– movió el tablero en la centro-derecha, presionando a Joaquín Lavín quien, hasta ahora, se mantenía cómodamente en su indefinición. La Alcaldesa de Providencia representa una candidatura que parece entregar mayores garantías al sector más conservador del oficialismo, que aspira a un liderazgo que defienda sin complejos sus convicciones históricas y para quienes la llamada “derecha social” o el discurso de Lavín, solo incorpora factores de división en Chile Vamos. Joaquín Lavín, no obstante la presión, insistió esta semana en que no es el momento de hablar de la presidencial y que, en todo caso, lo más importante a destacar al respecto sería que los tres primeros lugares en las encuestas lo ocupan tres alcaldes.

En otra dimensión de esta coyuntura, la aparición de Pablo Longueira anunciando que se postulará a la presidencia de la UDI, a constituyente por San Bernardo y llamando a votar Apruebo -como una estrategia para “licuar” la competencia, evitar la derrota del sector y mantener una opción concreta de elegir una cantidad de constituyentes que permita defender el ideario UDI en la nueva Constitución- se transformó, más allá de la viabilidad real de su propuesta, en otro de los hitos de esta quincena. Mientras diversos parlamentarios gremialistas rechazaron de plano la idea y ratificaron su determinación por votar Rechazo, este audaz movimiento del histórico dirigente cambio la conversación sobre el tema en el oficialismo, dejó en evidencia que, probablemente, un sector importante de esta coalición da por perdida la opción del Rechazo y, por sobre todo, amenazó con desordenar el constructo oficialista que parecía definitivo para la fase final de Gobierno. La evidencia de la incomodidad que se instaló en sectores de Chile Vamos vino de parte de Evelyn Matthei, quien puso una suerte de lápida a las pretensiones de Longueira al señalar que éste debía primero resolver sus temas pendientes con la justicia antes de pretender presidir el partido. La alcaldesa, por otra parte, ha insistido en que no revelará su opción para el plebiscito y que el voto es secreto, en una posición que no puede resistir largo tiempo en el contexto de su anunciada pretensión presidencial.

Toda esta dinámica se da luego de que en Chile Vamos se había coronado con éxito una operación que logró bajar las complejas tensiones que venían en desarrollo. En efecto, con la incorporación al Gabinete de los Ministros Andrés Allamand y Mario Desbordes  se calmaron las aguas en las filas de la derecha. No obstante, pasado el peak de este movimiento por la trinchera interna entre quienes apoyaban el Apruebo o el Rechazo para el plebiscito, la presión se volcó hacia el propio Gobierno, donde diversas autoridades se han sentido llamadas a transparentar sus opciones, mostrando ahora que es el propio Ejecutivo el que está dividido ante dicha elección.

Asi, neutralizado el actual Ministro de Defensa, Mario Desbordes, en su campaña por el Apruebo y la derecha social, el representante natural de esta sensibilidad, el Senador Manuel José Ossandón, también quedó fuera de escena al tener que enfrentar una situación judicial que él mismo acusa de “operación” montada con este objetivo. Ahora, la aparición de Longueira en el escenario del oficialismo, instaló una nueva discusión, que en breve se sabrá si ayudó o complicó las cosas para Chile Vamos.

En la oposición, por su parte, lejos de asumir su falta de propuesta, liderazgo y conducción y por mucho que se insista en que no es tiempo de discutir ni resolver los temas presidenciales, pareciera no haber real conciencia de que el afán del oficialismo por asumir un discurso más centrista o conciliador con propuestas históricamente propias de la centroizquierda, tiene directa relación con el apoyo que se requiere para vencer en las próximas elecciones presidenciales.

En un Chile caracterizado por una gran clase media, -parte de la cual se ha empobrecido en el curso de la pandemia- lo que se busca y espera, es que haya cambios reales, estabilidad institucional y mejoramiento económico y en esa dirección apuntan los primeros mensajes “presidencialistas”. A contrario sensu, la centro-izquierda parece atrapada en lo que ha sido un proceso de radicalización de las demandas y propuestas a partir del 18 de octubre, que –principalmente- a través de redes sociales, intimida e inhibe a todo este sector de las posturas moderadas que le permitieron transformarse en la exitosa formula que gobernó 25 años en Chile. Así las cosas, lejos de buscar una adecuación del discurso a las necesidades de hoy día, luego del estallido social, la centro izquierda chilena se encuentra atrapada “entre el estar y el ir” en la dinámica política actual. Esta dinámica ha limitado incluso el posicionamiento del Frente Amplio, mientras el PC parece disfrutar de lo que se dice y habla sobre el posicionamiento del Alcalde Daniel Jadue.

Episodio complejo para el gobierno   

Es evidente que la demanda de mayor seguridad de los camioneros frente a la quema de sus vehiculos, asaltos, robos de carga y los ataques a balazos de parte de bandas no identificadas que se amparan en la causa mapuche para sus actos delictuales que se han hecho frecuentes en diversos puntos del país, es totalmente justa. En similar sentido se entiende que hayan buscado hacer patente que esta situación requería de respuestas y medidas más sólidas de parte de la Autoridad. Sin embargo, desde el comienzo de esta movilización, algunos sectores de los propios camioneros advirtieron que una paralización en pandemia generaría un desabastecimiento inentendible. “No queremos ser los matones del barrio”, señaló el Presidente de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones, Juan Araya, agregando que “Amenazar que no se va a transportar arroz, también es terrorismo”.

Pese a lo anterior el movimiento, que pareció ser en los primeros días una presión al Parlamento para que éste agilizara la discusión y despacho de ciertas leyes, terminó instalando la demanda hacia el Ejecutivo y también los costos de sus resultados. El Ministro de Interior, Víctor Pérez, cosechó fuertes críticas de la oposición por su manejo del conflicto con los camioneros, ya que cuando se comenzaban a generar situaciones de desabastecimiento en el país, los dirigentes en paro lograron un acuerdo con el Gobierno para su amplio petitorio, con lo que dieron por finalizada la movilización.

En este contexto la DC, con el apoyo de la oposición, decidió continuar adelante con la Acusación Constitucional contra el Ministro del Interior, Víctor Pérez, aún despues del término del conflicto. Esto, según señaló el diputado Raul Soto (PPD), porque “los efectos nocivos para el país ya se produjeron”, y agregó que “Lo que hizo el Ministro fue actuar con negligencia, fue dejar de aplicar la ley y esa acción y omisión provocó el corte de carreteras, provocó desabastecimiento de alimentos y de insumos básicos indispensables”. La diputada Alejandra Sepúlveda (FRVS) dijo que el Ministro tiene “tarjeta amarilla” y que “Están los votos de la oposición para la firma de la Acusación Constitucional”.

Datos Positivos

El escenario económico parece algo más auspicioso, según los últimos datos conocidos. Cuando el mercado esperaba una contracción en torno al 12%, el Indicador Mensual de la Actividad Económica (IMACEC) registró un 10,7%. En opinión del Banco Central “los IMACEC de junio y julio muestran que la economía comienza a estabilizarse”. Parte de estas cifras levemente más positivas se deberían al retiro paulatino de las medidas restrictivas por el control sanitario, a una adaptación más rápidas de las nuevas condiciones de funcionamiento de varios rubros y al incremento del crédito a las empresas.

Este escenario de mayor estabilidad se vio reflejado también en el Informe de Política Monetaria (IPoM) del Banco Central, donde en un comunicado en Ente Emisor señaló su decisión de mantener la tasa de interés de 5%. En el Informe, el BC corrigió las proyecciones de junio, apuntando a una contracción económica menor, que se ubicaría entre -5,5% y -4,5% en vez de los -7,5% a -5,5% que señalaba su previsión anterior. Sin embargo, la proyección para el 2021 es de un crecimiento del PIB de entre 4% y 5%, por debajo de los números proyectados en su Informe anterior, de 4,75% a 6,25%.  

No obstante, diversos actores expresaron cautela ante lo que es posible proyectar con las últimas cifras económicas conocidas. “El mayor riesgo es el rebrote”, declaró el Senador Carlos Montes (PS), poniendo sobre la mesa la situación sanitaria como el condicionante principal para un despegue sostenible de la economía. Por su parte, el Senador José García (RN) señaló que la reducción de la estimación de crecimiento de la economía para el próximo año “Significa una recuperación más lenta a la que se había estimado en junio”.

Entretanto, el 31 de agosto venció el plazo del último reajuste del salario mínimo, el cual ascendía a $320.500 brutos. La Presidenta de la CUT, Barbara Figueroa, señaló que el piso para el nuevo monto debía ser la cifra asignada por el propio Gobierno para el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de $400.000. Pese a las intensas reuniones y acercamientos -donde la CUT destacó la posibilidad de acercarse a esa cifra sumando a los salarios el complemento estatal del Ingreso Mínimo Garantizado, la idea no prosperó y el Ejecutivo mantuvo su posición de un reajuste de 0,4%, amparado en la grave crisis económica que afecta directamente al empleo. La autoridad aseguró que “800 mil trabajadores reciben el salario mínimo, de estos tres de cada cuatro son trabajadores de pymes que se han visto muy afectadas por esta crisis y muchas de ellas han tenido meses sin ingresos”. Así las cosas, la discusión se trasladó, sin acuerdo, al Congreso, donde recién comienza un debate que deberá contemplar las críticas proyecciones respecto del mercado laboral que hizo esta semana el Banco Central.

PROYECCIONES

  1. Según el Presidente del Banco central la economía chilena estaría llegando a un punto de inflexión de ese 10% de crecimiento que le costó al país la crisis social y la pandemia. En palabras del Ministro de Hacienda, Ignacio Briones este proceso de recuperación recién podría mostrar cifras positivas a partir del cuarto trimestre “y de frentón una recuperación robusta en 2021”. También hay consenso entre todos los actores, en que el problema principal que enfrentará el país será el fuerte deterioro que ha sufrido el mercado laboral, con una importante caída tanto de las plazas de empleo, como del nivel de los ingresos y horas trabajadas. La principal labor del Ejecutivo ahora, es garantizar que en lo que se refiera a la autoridad sanitaria y sus medidas, tengan el celo necesario para impedir que cualquier rebrote de la pandemia termine echando por tierra lo que parece ser una luz al final del túnel.
  2. El paso de algunas comunas a fase 3, ha permitido el inicio de actividades como restaurantes utilizando terrazas y por ende, la recuperación de plazas de trabajo, lo que es un gran avance y una buena noticia. Es fundamental que el Gobierno tenga la suficiente calma para no dejarse llevar por la coincidencia de este proceso con la llegada de las  Fiestas Patrias y las medidas que se han tomado en torno a la efemérides. La búsqueda de la esquiva simpatía ciudadana no demora nada en revertirse si los datos son negativos frente a un posible aumento de los contagios, por ejemplo. Esta es una materia en la que se requiere firmeza y tino para que el proceso de lenta recuperación siga teniendo efectos positivos.
  3. El hecho de que el paro de los camioneros haya terminado con una sentencia que parecía más una suspensión y un condicionamiento que un fin, y que se haya generado la sensación de mano blanda y un discurso más bien conciliador con el movimiento, puede aumentar factores de tensión que ya venían en desarrollo desde la quincena pasada y que claramente aumentarán con las discusiones en la Cámara en torno a la aunciada Acusación Constitucional en contra del Ministro Victor Pérez. Septiembre y octubre son meses no sólo críticos sino que estratégicamente vitales para avanzar en lo que debiera ser un proceso de normalización del país. Tanto la Autoridad como los actores políticos requieren asumir la responsabilidad de que muchas de las dinámicas que se desarrollen en los próximos días y semanas, dependen de lo que se esté haciendo hoy.
  4. Es evidente que en el Parlamento se instalará una discusión sobre el Salario Mínimo, de la misma forma que también es obvio de que la cifra final no será la misma que propone el Gobierno ni la que propone la CUT. La cifra gubernamental que contempla la inflación acumulada desde marzo, de 0,4%, equivale a dejar las cosas igual que ahora. Es decir 0% de aumento. La pretensión de la CUT es que este salario mínimo se acerque lo más posible a los 400 mil que se proponen. Lo esperable es que en todas estas materias se logre instalar un sentido de realismo que impida que las tensiones entre Parlamento y Gobierno sigan aumentando. El horizonte de lograr un plebiscito con amplia participación, trasparente, en un clima de dialogo y mirando hacia un futuro mas promisorio es lo que debería primar como principal objetivo. Ello sirve al Gobierno, al oficialismo, a la oposición y a toda la ciudadanía que espera que el país retome el sendero de desarrollo que traía, independientemente de las demandas y cambios que se requieran para el futuro.

 

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